La Huella Ecológica

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La extincion del pastoreo extensivo… la extincion de nuestro paisaje.

El pastor y las ovejas es una de las imágenes más inculcadas desde niños en nuestra cultura, bien sea por su representación en los textos de la biblia, bien porque son la estampa típica de cualquier área rural. El pastor ha sido también muy conocido en la vida rural de pequeños pueblos de origen campesino y hábitats dispersos situados en orografías configuradas por pastos.

Aunque no de forma tan prestigiada como se merece, la tarea del pastor siempre ha estado presente en la cultura de estos lugares y a constituido un papel fundamental en la alimentación (obteniendo carnes, leche y elaborando quesos artesanos de gran calidad).

Las funciones desarrolladas por el pastor, siempre han tenido la connotación de labores fáciles, desarrolladas por aquellos que no han querido o sabido estudiar otros oficios, menospreciándose las condiciones en las que trabajan e infravalorándose el trabajo que estos realizan. Con la modernización de las explotaciones y con la intensificación de la producción, estas labores de pastoreo en extensivo, y esas largas caminatas monte a través, se han visto sustituidas por estacionamiento en naves y alimentación mediante concentrados.

¿Pero, que repercusiones tiene este cambio de producción? 

Mecanización y estabulación ha permitido modernizarse la figura del pastor y parecer más tecnológico, desarrollador de una labor más sofisticada y mejor reconocida, ya que ha conllevado una gran inversión económica. Pero la realidad es otra, ante esta apariencia de modernización del sector, los costes de producción se incrementan notablemente mientras que el producto sigue teniendo el mismo precio de venta.

Por otro lado, los pastores más conservacionistas y románticos de su profesión, no acceden a encerrar sus rebaños y aún siguen caminando sierras arriba en busca de buenos pastos (a los cuales también cada vez más les cuesta acceder). La labor del pastoreo extensivo, más allá de la producción de productos saludables y de características organolépticas distinguidas; ha sido fundamental para la configuración de estos paisajes montañosos.

Algunos de los beneficios ecológicos que promueve la actividad extensiva son:

  • Ayuda a la preservación de lugares de elevado valor ambiental
  • Incremento de la biodiversidad en ecosistemas agroforestales
  • En suelos desérticos o semidesérticos (caso de la Región de Murcia), ayuda a la reconstitución de la materia orgánica y al mantenimiento de la cubierta vegetal
  • Contribuye a amortiguar el cambio climático
  • Evita la proliferación arbustiva de los bosques lo que disminuye el riesgo de incendios

Desde el punto de vista económico:

  • Es de las únicas actividades económicas sostenibles ya que aprovecha recursos desaprovechados y se minimiza la dependencia de materias primas
  • Genera productos de gran calidad
  • Esta actividad revaloriza los montes
  • Contribuye a la fijación de la población rural
  • De esta actividad derivan otras actividades económicas locales (como la transformación de productos, turismo…)

Y por último desde una perspectiva socio-cultural, la ganadería extensiva:

  • Es la forma más ética de producir y trabajar con animales
  • Posee un enorme valor etnográfico: gastronomía, paisajes,…
  • Ayuda a la preservación de los hábitats rurales y fijación de la población

Ante todas estas ventajas, las cuales no resultan ambiciosas, si no que son formuladas ante los problemas que vienen aconteciéndose tras la práctica de ganadería intensiva, no nos queda más opción que la de apoyar iniciativas de pastoreo extensivo, facilitando el acceso a las tierras de pastos, promocionando los productos, luchando por precios justos, promoviendo el relevo generacional de esta actividad, educando sobre buenas prácticas a nuevos pastores y concienciando a la población sobre las externalidades positivas de esta actividad.